lunes, 17 de junio de 2013

Poesía: Viceversa, de Mario Benedetti




Viceversa

Tengo miedo de verte,
Necesidad de verte,
Esperanza de verte,
Desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte,
Preocupación de hallarte,
Certidumbre de hallarte,
Pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte,
Alegría de oírte,
Buena suerte de oírte,
Y temores de oírte.

O sea, resumiendo,
Estoy jodido y radiante,
Quizá más lo primero
Que lo segundo
Y también viceversa.

jueves, 6 de junio de 2013

Carta de una desconocida, de Stefan Zweig


Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora. No te inquietes por mis palabras; una muerta ya no quiere nada, no quiere ni amor ni compasión ni consuelo. Sólo quiero una cosa de ti, que creas todo lo que te confiesa mi dolor, un dolor que sólo busca amparo en ti. Lo único que te pido es eso, que creas todo lo que te cuento: uno no miente en la hora de la muerte de su único hijo.



Hace tiempo que tenía ganas de escribir una entrada sobre uno de los libros de Stefan Zweig. Buscando por la estantería he dado con uno de los que más me han gustado hasta la fecha: Carta de una desconocida. Si ya con Mendel el de los libros Zweig me gustó mucho y decidí seguir leyendo más obras suyas, con esta historia terminó de robarme el corazón completamente.

Aquí Zweig saca a relucir su brillante pluma desnudando por completo el corazón de una mujer para mostrarnos de forma muy cercana sus sentimientos, sus pasiones y sus pesares. Esta mujer, cuyo nombre no nos es revelado en ningún momento, escribe en sus últimas horas de vida una carta a un escritor famoso. En dicha carta la mujer se desahoga en palabras lamentando la temprana muerte de su hijo. Un lamento que va dirigido al padre de la criatura, es decir, el escritor. Es en esas líneas donde ella narra toda su vida, y a través de sus palabras expulsa todo lo que llevaba guardando dentro desde hacía años: la primera vez que vio al escritor, cómo llegó a enamorarse de él a sus inocentes trece años, esos encuentros que siempre anhelaba por tener con él y que años más tarde se hicieron realidad. Pero también explica las duras condiciones y humillaciones que tuvo que soportar cuando nació su hijo y la única salida que se vio obligada a tomar para salir adelante por ser una madre soltera y sin ningún tipo de ayuda.

Pero ella no se lamenta en ningún momento de las decisiones que tomó y los sucesos del pasado, y mucho menos le reprocha nada al escritor. Más bien le expresa su gratitud por esos escasos momentos que pasaron juntos, por los sentimientos y las sensaciones que experimentó al enamorarse de él y por ese hijo secreto que tuvieron que era su viva imagen. Lo único por lo que se siente apenada es por el hecho de que en esos pocos encuentros no se acordara de ella, puesto que para él sólo era una mujer desconocida, una más de las muchas con las que había estado y que nunca la correspondería. Pero para ella, aun sabiendo su situación y que sus sentimientos no eran recíprocos, él lo era todo. Era su vida, su único amor y siempre lo amaría.



Stefan Zweig
Es increíble la cantidad de sentimientos contradictorios que pueden llegar a albergar las historias. Sobre todo las que cuenta Zweig. Con su peculiar estilo y su forma de narrar empatizas enseguida con esa mujer desconocida y con sus sentimientos. No puedes evitar dejarte seducir por sus palabras. Su dolor y su tristeza, así como ese amor tan fuerte y apasionado, se vuelven tuyos sin quererlo, dejándote una sensación extraña en el pecho. A mí esta  carta me encantó pero también me desgarró el corazón porque <<no hay nada en el mundo que sea equiparable al secreto amor de una niña que permanece en la penumbra y tiene pocas esperanzas>>.